
Cuando uno tiene hijos, la alimentación se convierte en una preocupación constante. Todos queremos que nuestros hijos crezcan sanos y fuertes, eso es evidente. Entonces, ¿por qué existen unos datos tan alarmantes de obesidad infantil?.
El primer punto que hay que comprender de todo esto es que la clave no está en prohibir los alimentos menos saludables, sino en saber cuándo consumirlos y cuándo no. Existen padres obsesionados con la alimentación de su hijo que al prohibirles consumir ciertos tipos de alimentos consiguen únicamente el efecto rebote, y es que estos niños intenten consumirlo a sus espaldas cuando están con amigos. Especialmente en fiestas de cumpleaños.
Lo que recomiendan los expertos hacer no tiene que ver con las prohibiciones, sino con los hábitos. Desayunar galletas o cereales suena el típico desayuno español, pero la realidad es muy distinta. Este tipo de dieta ha llegado desde los Estados Unidos, impulsada por los productos americanos que han desembarcado en nuestro país. Unas frutas, unas tostadas con tomate y un vaso de leche son mucho más recomendables que lo anteriormente mencionado.
Otro problema viene a la tarde, que la merienda consista en bollería es mucho más común cada día. Y el típico bocata de jamón o queso debería ser una mejor alternativa. Los niños igualmente querrán comer quizás algo de bollería, pero debería ser un complemento a esto, no su única base de merienda, para que así normalicen este hábito desde el principio.
Está claro que la comida rápida está presente en nuestra sociedad, y algunos días apetece caer en eso. Pero tenemos que tener en cuenta que mientras sea algo excepcional, y no periódico, no habrá ningún problema. Algo que será inevitable también es que nuestros hijos vean a amigos o compañeros tener una alimentación menos saludable, en estos casos debemos razonar con ellos y explicarles bien nuestra decisión, y no solo negar sin razón aparente para ellos.
Lee más sobre la alimentación en Babyeco.
También la presentación y la combinación de sabores son muy importantes para hacer que nuestros hijos consuman alimentos saludables. No es un secreto que muchas frutas y verduras echarán para atrás a muchos por su sabor o su aspecto. Por esto mismo, soluciones como las cremas de verduras, las macedonias y demás combinaciones pueden ayudar a que nuestros hijos acepten estos alimentos de una manera más optimista.
Y por último, el detalle más importante es predicar con el ejemplo. Nosotros debemos mantener también siempre esta misma dieta, comer siempre que se pueda lo mismo que comen ellos. Así ellos tomarán esto como referencia y lo aceptarán siempre desde el primer momento.