Al educar nos damos cuenta de lo difícil que es a veces hacer entrar en razón a los más pequeños cuando tienen una perreta, o cuando queremos que hagan algo que sabemos de antemano, les va a provocar enfado. Aquí van algunos trucos para hacerles entender sus emociones o para anticiparnos y evitar el conflicto frontal, aunque en ocasiones resulte inevitable.
1. Dormir bien= Buen humor
El sueño es muy importante para su bienestar y felicidad. Cuando los adultos estamos cansados, solemos estar de mal humor y con poca energía, pero los niños se pueden convertir en hiperactivos o irritables, o tener conductas extremas.
Las necesidades de sueño de la mayoría de los niños están dentro de un rango predecible de horas que depende de su edad, pero cada niño es un individuo único con necesidades de sueño específicas.
- Las emociones por su nombre
Es fundamental que los niños adquieran el hábito de decir lo que están sintiendo y por qué. Usar palabras no impedirá que un niño haga una tarea, pero hablar sobre eso puede calmar la situación. Estarán teniendo una conversación en lugar de una discusión.
- Ejercicio físico
Los juegos activos realmente pueden ayudar a los niños con un temperamento fuerte. El karate, la lucha libre y las carreras pueden ser actividades especialmente buenas para los niños que están intentando controlar su temperamento. Sin embargo, cualquier actividad aeróbica puede ayudarlos a consumir energía y a disminuir el estrés.
- Refuerzo positivo
Muchas veces no se refuerza lo suficiente los logros de los niños, sobre todo, hay que elogiarles cuando logran manejar situaciones con actitud positiva y control de emociones.
- Flexibilidad
Educar a un hijo es una experiencia agotadora, pero hay que intentar no ser demasiado rígido. Escuchar “no” constantemente puede ser desalentador para los niños. Por supuesto, a veces “no” es absolutamente la única respuesta: “no, no puedes andar en bicicleta sin tu casco!”. Pero en otras ocasiones, es positivo dejar a sus hijos ganar alguna vez.
- Anticiparse a las situaciones
Si conoces las situaciones de riesgo en las que de antemano nos tememos un conflicto, como por ejemplo apagar la televisión, o un videojuego, hay que ser claro acerca de cuánto tiempo pueden hacer esa actividad. Empezar a dar avisos 5 minutos antes ayuda, y por supuesto, cumplir lo acordado a pesar de las protestas.
La mayoría de los niños puede aprender a mejorar el control de su enfado y frustración. Sin embargo existen casos que requieren ayuda por parte de los profesores, psicólogos o cualquier profesional que tenga experiencia en este tema.